Descubre 5 formas de ponerse una bufanda y cómo sacarle el máximo partido a este complemento esencial para tus looks de.
Las bufandas son uno de esos complementos que nunca pasan de moda y que, además de protegernos del frío, pueden darle un toque especial a cualquier look. Si eres de los que siempre se la pone igual, te animamos a descubrir nuevas formas de lucirla y sacarle el máximo partido. A continuación, te contamos cinco maneras originales y sencillas de ponerse una bufanda, perfectas tanto para el día a día como para ocasiones más especiales.
Empezamos por el método más tradicional y fácil: el nudo clásico. Solo tienes que doblar la bufanda por la mitad, colocarla alrededor del cuello y pasar los extremos por el bucle que se forma. Es ideal para los días más fríos porque aporta calor y sujeción, además de resultar muy cómodo. Este estilo combina genial con abrigos largos y chaquetas de corte formal.
Si buscas algo más informal pero igual de práctico, la vuelta sencilla es para ti. Solo tienes que colocar la bufanda alrededor del cuello, dejando un extremo más largo que el otro, y dar una vuelta completa con el lado largo. Ajusta los extremos a tu gusto y tendrás un look desenfadado pero arreglado. Perfecto para jerseys, sudaderas e incluso para llevarla sobre una camiseta básica.
El estilo europeo es una de las formas más populares de ponerse una bufanda, sobre todo en los días de temperaturas bajas. Dobla la bufanda por la mitad, colócala sobre el cuello y pasa los extremos por el lazo que se forma en el otro extremo. Este nudo es elegante y práctico, además de mantener el cuello bien abrigado. Funciona muy bien en entornos más formales o para ocasiones en las que quieres darle un toque sofisticado a tu outfit.
Para los que prefieren un estilo más relajado, el drapeado suelto es la mejor opción. Simplemente coloca la bufanda sobre los hombros, dejando que ambos extremos cuelguen de manera uniforme a cada lado. No hace falta anudarla, solo ajustar los extremos según la longitud que prefieras. Este método es ideal para bufandas de tejidos ligeros y funciona muy bien como complemento decorativo en entretiempo.
Si buscas algo más elegante y con un aire clásico, el nudo ascot es tu aliado. Coloca la bufanda alrededor del cuello dejando un extremo más largo. Cruza el extremo largo sobre el corto, pásalo por debajo y luego por encima, tirando hacia el frente. Ajusta el nudo y extiende un poco los extremos para conseguir un efecto voluminoso. Este estilo queda fenomenal con abrigos de paño o incluso con una americana.
Además de conocer diferentes formas de ponerse una bufanda, es importante tener en cuenta algunos consejos para sacarle el máximo partido:
Para que tus bufandas duren más tiempo y mantengan su aspecto como el primer día, te recomendamos lavarlas siguiendo las instrucciones del fabricante. En general, las de lana se deben lavar a mano con agua fría y secar en horizontal para evitar que se deformen. Las de algodón o tejidos sintéticos suelen resistir mejor el lavado a máquina. Guardarlas enrolladas o colgadas evitará que se arruguen o cojan formas extrañas.
Como ves, ponerse una bufanda puede ser mucho más que una cuestión de abrigo. Prueba estas cinco formas y descubre cuál se adapta mejor a tu estilo. ¡Atrévete a experimentar y dale un aire nuevo a tus looks de cada día!
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