
6 trucos para tener unos dientes más sanos y bonitos
1. LAVA BIEN LOS DIENTES DESPUÉS DE CADA COMIDA
Es importante lavar tras cada comida los dientes, especialmente de las principales (desayuno, comida y cena), durante al menos tres minutos, sin olvidar partes como la lengua y el paladar. Termina cada lavado con un buen enjuage bucal para asegurar una limpieza más completa y mantener un aliento más fresco y agradable.

2. EVITA EL TABACO Y DETERMINADAS BEBIDAS
El tabaco, el café, el vino tinto, la cola cola y el té negro, entre otras bebidas, pueden manchar, a la larga, tu esmalte dental. Lo ideal es consumir lo menos posible estos productos, pero si sueles consumirlos con frecuencia, procura lavar los dientes después, además que pueden provocar mal aliento.

3. TOMA ALIMENTOS QUE AYUDEN A MANTENER LOS DIENTES LIMPIOS
Hay alimentos que, a falta de cepillo de dientes, pueden limpiar tu dentadura tras una comida o cena; la manzana, las uvas, las fresas y el apio y la zanahoria crudas son una alternativa natural que puede sustituir en un momento concreto al cepillo y la pasta dentífrica.

4. CEPILLA LOS DIENTES CON BICARBONATO DE SODIO
Para conseguir unos dientes blancos y brillantes, existen alternativas naturales al blanqueamiento en centros especializados, el bicarbonato de sodio es una de ellas. Puedes cepillar una vez a la semana tus dientes con bicarbonato para limpiar de manera más profunda y blanquear tu dentadura, pero recuerda enjuagar bien la boca después.

5. NO OLVIDES EL HILO DENTAL
Aunque el hilo dental es un producto que no todo el mundo usa, es necesario para asegurar una limpieza completa en los espacios interdentales, a los que a veces no se llega con el cepillo de dientes. Úsalo con precaución para no dañar las encías y procura llevar un dispensador siempre contigo.

6. CAMBIA CON FRECUENCIA EL CEPILLO DE DIENTES
El cepillo de dientes nos ayuda a mantener la boca limpia y su función principal es eliminar el resto de alimentos, que por pequeños que sean, se quedan en nuestra boca. Aunque lavemos el cepillo tras su uso, hay ciertas bacterias que poco a poco se van acumulando entre las cerdas del cepillo, por lo que es necesario y fundamental cambiarlo cada dos o tres meses.
