Ácido hialurónico (iStock)
Aunque al pensar en ácido hialurónico lo primero que nos viene a la cabeza es una mujer con la cara estirada, en realidad, esta sustancia que puede utilizarse en crema, gel, comprimidos y por supuesto, en inyecciones; tiene beneficios más allá de la simple cuestión estética:
Ofrece volumen facial, sirve como relleno para los pómulos y devuelve la firmeza.
Es capaz de penetrar en las capas más profundas de la epidermis además de tener efecto hidratante, ayuda a la restauración de la piel, elimina el desperdicio de las células, mantiene la elastina y el colágeno, favorece la cicatrización de las heridas, colabora en la reparación tisular, elimina los radicales libres procedentes de la radiación UV de la luz del sol y ayuda a que la piel recupere su capacidad para retener agua.
Ayuda a disminuir las patas de gallo, protege los tejidos delicados en los ojos y es utilizado como reemplazo del fluido vítreo; además de evitar los ojos secos.
Elimina las arrugas del contorno y la comisura de los labios, aumenta el volumen de los labios, termina con las arrugas labiales o peribucales y disminuye los surcos nasogenianos o líneas de expresión de boca y nariz
No tiene máximo de edad para su aplicación, activa los glóbulos blancos, revive el sistema inmune, combate las bacterias no deseadas, ayuda en la potencia sexual, favorece la movilidad, mejora la calidad del sueño, mejora la densidad ósea, mejora la apariencia de personas sometidas a estrés, es útil en enfermedades como la artritis, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia y reduce el dolor relacionado con daños articulares.
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