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Desde sus inicios en el cuerpo de baile de la Ópera de A Coruña hasta convertirse en una estrella de renombre, la vida artística de Concha Velasco ha sido una saga de dedicación y éxito. A lo largo de casi siete décadas, se destacó en cine, teatro y televisión, lo que dio resultado a un patrimonio que, lamentablemente, se desvaneció con el tiempo. A su fallecimiento a los 84 años, se reveló que la icónica actriz tenía escasas propiedades a su nombre.

Con los recursos restantes después de liquidar deudas con Hacienda y vender algunas joyas, Concha adquirió su último apartamento en la calle Princesa de Éboli, en el distrito madrileño de Hortaleza. Sin embargo, esta propiedad fue vendida posteriormente para adquirir dos apartamentos donde residirían sus hijos, Manuel (47) y Francisco (44). Aunque la intención inicial era que Concha viviera con ellos, las complicaciones derivadas de su enfermedad hicieron inviable esta opción, llevándola finalmente a una residencia.

Aunque su fortuna material se esfumó debido a varias razones, incluyendo deudas con Hacienda, las extravagancias y deslealtades de Paco Marsó, y la ambición desmedida por producir musicales, su contribución al mundo del entretenimiento permanece imborrable.

Su historia con Paco Marsó

La historia de Concha Velasco y Paco Marsó estuvo marcada por la ambición empresarial compartida y los desafíos financieros. Desde su matrimonio en 1977, decidieron colaborar profesionalmente, fundando la editorial MarsóVelasco y aventurándose en la producción teatral. Aunque tuvieron éxitos iniciales, como el aclamado musical «Carmen, Carmen» (1988), los beneficios se desvanecieron con la posterior producción «La Truhana» (1992), que resultó en una pérdida de más de 720.000 euros.

Ante deudas crecientes, en 2001 vendieron su mansión en La Moraleja para saldar deudas con Hacienda y pagar la hipoteca. Sin embargo, las inversiones continuaron con el musical «Hello, Dolly», marcando el principio del declive financiero y personal. Con problemas para cubrir los costos, tuvieron que vender propiedades, como un piso en Sanchinarro.

La relación personal también se rompió debido a las juergas y excesos de Paco Marsó, culminando en el divorcio en 2010. Marsó falleció poco después a los 63 años, dejando a Concha con desafíos económicos extremos.

Los grandes desafíos financieros Post-Divorcio

Tras el fallecimiento de Marsó, los intereses de las deudas acumuladas llevaron a Concha Velasco a una situación económica precaria. Se vio obligada a rescatar fondos del plan de pensiones, pero la situación empeoró durante la pandemia. En 2021, reveló haber vendido cubertería para comprar medicinas, ilustrando la difícil realidad financiera.

Los últimos datos disponibles, del Boletín Oficial del Registro Mercantil en 2017, mostraban a Concha como la única administradora de Velasco Varona S.L., con un patrimonio de 526.000 euros. Se desconoce el destino posterior de la entidad, pero es evidente que los costos de la residencia para mayores, donde recibía cuidados, se volvieron cada vez más difíciles de cubrir.

A pesar de los desafíos económicos al final de su vida, Concha Velasco deja un legado artístico perdurable y una historia de perseverancia en la industria del entretenimiento español. Su contribución al cine, teatro y televisión seguirá siendo recordada, eclipsando las adversidades financieras que enfrentó en sus últimos años.