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La leche ha sido considerada como un alimento completo debido a sus contenidos nutricionales. Sin embargo, en los últimos años ha habido debate sobre si es realmente saludable o no.

Por un lado, la leche es una buena fuente de calcio, proteínas y vitaminas que son importantes para la salud ósea y el crecimiento. Aunque, también contiene lactosa, un tipo de azúcar que puede ser difícil de digerir para algunas personas y causar síntomas como hinchazón, diarrea y dolor abdominal. Además, la leche también contiene grasas saturadas y colesterol, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 

Otro aspecto a considerar es la intolerancia a la lactosa, una afección en la que el cuerpo no produce suficiente lactasa, una enzima que ayuda a digerir la lactosa. Esta afección puede ser más común en adultos y puede ser necesario evitar o limitar el consumo de leche y productos lácteos.

Importancia de la leche en los huesos

La leche ayuda en gran medida a suministrar calcio en nuestros huesos y organismo para tenerlos sanos, pero esto no es del todo cierto. 

En cuanto a los niños, esta les ayuda al desarrollo de los huesos y a crecer, pero para los adultos este efecto no es muy evidente. Dicha evidencia la podemos ver en un estudio de Harvard en el New England Journal of Medicine en el que proclama que los países que toman más leche son los países con más personas con fracturas en la cadera. Tras esto suman que la dosis recomendada de tres veces al día en innumerables dietas es excesiva

Beber leche puede ser una buena opción para aquellos que no tienen intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche. Sin embargo, también es posible obtener los mismos nutrientes de fuentes alternativas como verduras de hoja verde, frutos secos y semillas. Al final, la decisión de incluir o excluir la leche de tu dieta depende de las necesidades individuales y preferencias personales.