Fallece Massimo Stecchini, pareja de Marisol durante 35 años
Pepa Flores, conocida cariñosamente como Marisol en sus años dorados en el cine, enfrenta ahora uno de los momentos más dolorosos de su vida, con el fallecimiento de Massimo Stecchini, su pareja durante 35 años. Stecchini, de origen italiano, murió de un infarto en su hogar de La Malagueta en la madrugada del pasado domingo, a solo días de cumplir 64 años. La noticia fue dada a conocer inicialmente por el diario Sur, y su cuerpo fue velado en el sanatorio Parcemasa.
La retirada de Pepa Flores del mundo artístico en 1985 marcó el inicio de su relación con Massimo, quien se convirtió en su principal apoyo. Además, desempeñó un papel fundamental como una figura paternal para las hijas de Pepa: María (48), Tamara (47) y Celia (42). Estas últimas, por cierto, son las únicas que han dado a la actriz de «Tómbola» (1962) la alegría de ser abuela, con dos preciosos nietos, Alejandra y Celia.
La relación entre Pepa Flores y Massimo Stecchini
El vínculo entre Pepa y Massimo se oficializó en 1988, lo que significa que compartieron su vida durante más de tres décadas. Sin embargo, su encuentro inicial tuvo lugar muchas décadas atrás, cuando Marisol, la ídolo juvenil por excelencia del cine español, posó para una foto con un niño de tres años en brazos. Su amabilidad y cercanía con sus admiradores siempre fueron notables.
Massimo, conocido por ser relaciones públicas y el encargado de la pizzería El Trastevere, el primer restaurante italiano que los padres de Massimo abrieron en Málaga (y que actualmente es propiedad de su sobrino), se destacó por su discreción y su rol de protector de la famosa actriz y cantante. Cuando los paparazzi se acercaban a Pepa en busca de declaraciones o felicitaciones, Massimo intervenía para asegurarse de que no molestasen a su compañera o para aclarar rumores y dudas.
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Después de su dolorosa separación de su segundo esposo, Antonio Gades, un renombrado bailarín y padre de sus tres hijas, la vida de Pepa se centró en sus niñas. Seis años más tarde, Massimo llegó a su vida, y juntos disfrutaron de una vida tranquila junto al Mediterráneo. Caminaban por las calles de Málaga como cualquier pareja y escapaban a su finca cercana a Moclinejo, a 30 kilómetros de Málaga, donde cultivaban sus propias hortalizas y cuidaban de las gallinas. La propiedad, aunque no muy grande, constaba de casi 420 metros cuadrados, con una casa de 107 metros cuadrados y una piscina.
El biógrafo oficial de Marisol, José Aguilar, ha elogiado siempre la relación entre Massimo y Pepa, afirmando que Massimo había sido el compañero perfecto para Pepa, ya que ambos se entendieron a la perfección desde que ella se retiró del mundo del espectáculo. Sobre Pepa, Aguilar ha destacado que siempre ha sido una mujer adorable, tierna, simpática y coherente con sus convicciones. A pesar de las tentadoras ofertas para regresar al cine, ella siempre se negó. Es una madre ejemplar y una maravillosa abuela.
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