
La importancia de desarrollar la inteligencia emocional en los niños
Saber identificar que lo que están sintiendo es miedo, que la tristeza es una sentimiento natural que no debe asociarse a algo negativo o que disfruten de la alegría cuando experimentan sensaciones positivas relacionadas con ellos mismos o con su entorno más cercano. Todo esto y mucho más es posible si educamos la inteligencia emocional de los pequeños, un concepto del que se habla mucho últimamente y que se está revelando como fundamental en educación infantil.
Ya sea en ambientes más formales –el colegio, por ejemplo– o en contexto informales –en casa, con la familia y los amigos, la inteligencia emocional es clave para que los niños aprendan a reconocer sus sentimientos, a entender que emociones están experimentando y que sepan cómo actuar cuando aparezca la tristeza o la rabia, la alegría y la sorpresa, entre otras. Se trata de un aprendizaje progresivo pero de gran utilidad para los niños de hoy que serán los adultos del mañana. Al final, la inteligencia emocional mejora el bienestar personal y optimiza el rendimiento, favoreciendo una buena salud mental y colaborando a que las relaciones sociales y los procesos de toma de decisiones de los peques vayan a mejor.
1. Beneficios de educar en las emociones
Los beneficios son numerosos. Para empezar, permite controlar los impulsos y amplía la tolerancia a la frustración, es una herramienta eficaz para motivar a los menores y se avanza en la habilidad de estos para conectar con otras personas e incluso para empalizar con ellas. Las formas de entrenar la inteligencia emocional van desde enseñarles de forma sencilla cuáles son los sentimientos que más se experimentan, el cómo detectarlos y el porqué se generan hasta el orientarles sobre cómo actuar cuando aparezcan en escena.
Ahora que es Navidad y escribirán sus cartas a los Reyes Magos es una buena ocasión para sorprenderles con un regalo que además de bonito es muy didáctico en materia de inteligencia emocional, ¿y qué mejor que aprender sobre los propios sentimientos que jugando y poniéndoles nombre y voz a estos? Eso es lo que nos propone el proyecto Emociones CEFA, una línea de peluches con los que se identifican tres emociones primarias: la alegría, la tristeza y la sorpresa.
Son unos muñecos –Nelo, la tristeza; Mara, la sorpresa; y Foly, la alegría– diseñados bajo el asesoramiento experto de la psicóloga Victoria Martínez Vicente. Cada uno de ellos es un animal que representa una sensación, tanto por los colores elegidos para el mismo como por las frases que emite y el diseño en sí del juguete –¡dan ganas de achuchar al koala Nelo con esa carita de tristeza! Se han tenido en cuenta principios de neurociencia y se ha probado la efectividad de Emociones CEFA con una muestra de 40 niños de dos años. Estamos pues ante un producto de calidad que ayudará a papás y a mamás a educar a los peques en inteligencia emocional.

El koala Nelo, la mariposa Mara y la foca Foly van acompañados de un Dado de las Emociones y una guía para padres. Con el dado se identifican los sentimientos más básicos y se asocian a expresiones faciales. Esta pieza completa un juego con el que se va a desarrollar la empatía y el aprendizaje de los niños, para que pueda ir entendiendo las situaciones y sentimientos que se van experimentando en diferentes momentos de su vida. Podrás encontrarlos a la venta en Amazon, Carrefour, El Corte Inglés, Juguettos, Alcampo y Drim.
Esta línea de muñecos es una apuesta innovadora de la compañía CEFA, que lleva más de 24 años creando y comercializando juguetes que apuestan por el bienestar, el desarrollo y la felicidad de los peques de la casa. Cuenta para ello con un departamento de desarrollo de producto en el que participan activamente psicólogos y pedagogos para garantizar que los artículos que fabrican no solo entretienen, sino que además contribuyen a fomentar el desarrollo de habilidades y aptitudes especiales en los menores.GuardarGuardar