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¿Sabías que solo cerca de un 20% del envejecimiento está programado en tus genes? Sobre el otro 80% puedes actuar, para bien o para mal, consiguiendo verte más joven durante más tiempo… o envejeciendo de forma prematura, si no te cuidas como es debido. Hoy te vamos a desvelar los 5 hábitos que te hacen envejecer sin darte cuenta, y que agreden profundamente tu piel impidiendo que se repare y se regenere correctamente, como debería hacer para mantenerse bonita y joven. Cambia el chip desde hoy… y bórralos de tu rutina.

1. Los tóxicos, especialmente el tabaco y el alcohol

No solo deshidratan la piel profundamente, sino que además favorecen la aparición y la acción de los radicales libres, unas moléculas inestables que literalmente “se cargan” todo lo que encuentran a su paso. Una piel más joven empieza por una vida más sana.

2. La falta de sueño

Seguro que ya lo sabes, pero una de las peores cosas que puedes hacerle a tu piel es no dejar que descanse. Durante la noche, la piel aprovecha las horas de descanso para trabajar de forma intensiva reparando sus estructuras y regenerándose. Si le niegas ese tiempo, no puede realizar estas funciones y envejece de forma prematura.

3. La falta de limpieza

Puede darte pereza, pero limpiar la piel perfectamente por la mañana y por la noche, y desmaquillarla en condiciones, es fundamental si quieres que tu piel sea tu aliada para verte joven. Una piel sucia, con impurezas, restos de maquillaje y toda la porquería que se acumula sobre la superficie a lo largo del día (polvo, suciedad, polución…) no respira ni se oxigena bien, tiene un tono irregular y apagado, muestra impurezas y poros dilatados, y envejece mucho antes y peor.

4. La exposición al sol

No es un mito, las radiaciones solares son las responsables de gran parte del envejecimiento de la piel, y provocan deshidratación y aparición de arrugas, líneas de expresión y manchas, por no hablar de su consecuencia más extrema, el cáncer de piel. Métete en la cabeza que es básico que utilices protección solar a diario.

5. Una hidratación deficiente

Tanto por dentro, bebiendo la cantidad de líquidos que tu cuerpo necesita (especialmente, agua, zumos naturales e infusiones), como por fuera, con cremas hidratantes que ayuden a la piel a mantenerse en perfecto estado. Si no es suficiente con hidratar mañana y noche, hazlo cada vez que tu piel te lo pida.