Muere la actriz española Verónica Echegui a los 42 años (Gtres)
El cine español está de luto. La actriz Verónica Echegui, reconocida por su versatilidad y su capacidad para transformarse en cada papel, falleció en Madrid a los 42 años a causa de un cáncer que mantuvo en secreto hasta el final. La noticia, confirmada por fuentes cercanas a la intérprete, ha sacudido con fuerza a la industria audiovisual y a quienes admiraban su trayectoria.
Pocos conocían la enfermedad que padecía. Su entorno más íntimo decidió mantener en absoluta discreción los últimos meses de Echegui, que permaneció hospitalizada en los días previos a su muerte. El hermetismo ha hecho que la noticia resulte aún más impactante para compañeros, amigos y seguidores.
Verónica Fernández de Echegaray, su nombre real, nació en Madrid en 1983. Su gran salto a la fama llegó en 2006 con Yo soy la Juani, película de Bigas Luna en la que interpretaba a una joven rebelde con sueños de futuro. El papel no solo marcó un antes y un después en su carrera, sino que también le valió su primera nominación al Goya como actriz revelación. Desde entonces, su nombre comenzó a sonar con fuerza dentro y fuera de la gran pantalla.
Tras su explosivo debut, Echegui demostró que no estaba dispuesta a encasillarse. En El patio de mi cárcel (2008) se metió en la piel de una joven presa, un papel duro y complejo que le valió otra nominación a los Goya.
Su último trabajo en cine fue Justicia artificial (2024), un thriller político en el que interpretaba a una jueza que se enfrentaba a una conspiración relacionada con la inteligencia artificial en el sistema judicial. Un papel exigente que, visto ahora, cobra un aire de despedida amarga.
En los últimos años, Verónica Echegui no dejó de trabajar. Participó en películas como La gran familia española (2013), Explota Explota (2020) y Objetos (2022). En televisión, formó parte de series destacadas como Intimidad (2022) y Los pacientes del doctor García (2023).
Pero su talento no se quedó solo en la interpretación. En 2022 sorprendió al público desde detrás de las cámaras con Tótem loba, un cortometraje inquietante con el que ganó el Goya a mejor cortometraje de ficción. Con esta obra, Echegui demostró que también tenía una voz propia como creadora, capaz de narrar historias intensas y con identidad.
La muerte de Verónica Echegui supone una pérdida irreparable para el cine español. Su capacidad para dar vida a personajes auténticos, su mirada intensa y su valentía a la hora de elegir proyectos la convirtieron en una figura imprescindible de las últimas dos décadas.
Más allá de los premios y nominaciones, lo que queda de ella es la huella en cada personaje, en cada historia que eligió contar. El público y la industria recuerdan hoy a una actriz que nunca dejó de arriesgar, de emocionar y de sorprender.
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