Por qué los muebles crujen por la noche (Canva)
Los crujidos que escuchamos de los muebles por la noche pueden parecer sacados de una película de terror, pero en realidad, tienen explicaciones completamente racionales, arraigadas en la ciencia de los materiales y la física. Este fenómeno, aunque puede ser inquietante en la oscuridad, es un proceso natural que resulta de los cambios en la temperatura y la humedad.
Una de las causas principales del crujido de los muebles es la variación de temperatura que ocurre desde el día hasta la noche. Durante el día, la temperatura en una casa puede aumentar, ya sea por la calefacción o la luz solar directa.
Los materiales con los que están hechos los muebles, como la madera, el metal y el plástico, se expanden ligeramente con el calor. Cuando llega la noche, la temperatura ambiente disminuye, lo que lleva a que estos materiales se contraigan. Este ciclo de expansión y contracción puede causar que las partes del mueble rocen entre sí o con el suelo, creando los crujidos y chirridos que solemos escuchar.
La madera, un material común en los muebles, es particularmente susceptible a los cambios de humedad. Absorbe la humedad cuando el aire es húmedo y la libera cuando el aire se seca. Este proceso de absorción y liberación puede hacer que la madera se expanda y se contraiga, similar a los cambios causados por la temperatura.
Por la noche, cuando la temperatura cae y la humedad relativa del aire puede cambiar significativamente, los muebles de madera pueden experimentar estos movimientos sutiles, resultando en crujidos audibles.
La estructura de una casa también juega un papel en los ruidos nocturnos. A medida que una casa se asienta con el tiempo, puede haber movimientos mínimos en su estructura. Estos movimientos pueden transferirse a los muebles, causando que emitan sonidos.
Además, el peso de los objetos y las personas durante el día puede hacer que los muebles se ajusten ligeramente en su posición o en cómo soportan el peso, liberando tensiones acumuladas en forma de sonidos por la noche, cuando todo está más tranquilo y los sonidos se hacen más notorios.
La forma en que se construyen los muebles también puede influir en su tendencia a crujir. Los muebles de madera ensamblados con clavijas, cola o uniones pueden tener pequeños movimientos en estas conexiones debido a los factores previamente mencionados.
Además, el diseño de algunos muebles puede incluir partes que son particularmente propensas a moverse con cambios ambientales, como las hojas extensibles de una mesa o las puertas de un armario.
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