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En una comparecencia crucial en el juzgado de Barcelona, la reconocida artista Shakira, de 46 años, abordó las acusaciones de fraude fiscal que pesaban sobre ella. Después de meses de incertidumbre y negociaciones con la fiscalía, la cantante mostró calma en su más reciente aparición en los Latin Grammy en Sevilla, gracias a un acuerdo alcanzado para evitar la prisión.

Este acuerdo se forjó mediante intensas conversaciones entre el equipo legal de Shakira y las acusaciones, con el objetivo de encontrar un terreno común que evitara las consecuencias penales. En un comunicado dirigido a la prensa, Shakira afirmó que esta decisión fue motivada por el bienestar de sus hijos.

Enfrentándose a una posible pena de ocho años de privación de libertad y una multa superior a los 23 millones de euros por supuestamente defraudar 14,5 millones de euros en impuestos sobre la renta y el patrimonio entre 2012 y 2014, Shakira se mantenía firme en su decisión de enfrentar el juicio. Sin embargo, la situación cambió en las últimas horas antes de la comparecencia. La presencia de Shakira en el tribunal era necesaria, ya sea para dar inicio al juicio o para ratificar el acuerdo alcanzado entre su equipo legal y la fiscalía de Barcelona, como finalmente sucedió.

Los abogados de Shakira llegaron a la sede judicial minutos antes que la propia cantante. Acompañada de un destacado despliegue de seguridad, la artista saludó a los numerosos periodistas y curiosos presentes antes de ingresar a los juzgados. Aunque la situación legal podría conllevar hasta ocho años de prisión, Shakira, serena y sonriente, no mostró signos de inquietud ante el proceso. La cantante ya había abonado parte de la multa cuando se le imputaron los cargos de fraude, pero esto no fue suficiente para la Hacienda pública. Ahora, a la espera de conocer los detalles del acuerdo para evitar la prisión, Shakira mantiene la calma y la tranquilidad que ha caracterizado sus recientes apariciones públicas.

Shakira llega a un acuerdo

Minutos después de abandonar la sede judicial, Shakira, visiblemente más seria, anunció públicamente que había llegado a un acuerdo con las acusaciones. Esto implica, evidentemente, eludir la prisión y realizar un significativo pago económico. La cantante expresó su deseo de pasar página y continuar con su vida y carrera.

En un comunicado enviado a la prensa, Shakira declaró: «Tengo que escoger mis batallas y la más importante para mí ahora es hacer todo para que mis hijos vivan una vida plena y enfocarme en lo que es realmente importante: verlos crecer y pasar tiempo con ellos, sin someterlos a la angustia de ver a su madre en un juicio penal con el desgaste que supone. Ellos mismos me lo han pedido, y por ellos he tomado esta decisión. Han vivido tiempos muy duros y quiero que me vean feliz por fin y mirar juntos hacia el porvenir”.

La ex de Piqué también compartió su disposición previa a enfrentar un juicio para defender su inocencia, respaldada por la convicción de sus abogados de tener un caso sólido. Sin embargo, después de años de lucha, Shakira optó por el acuerdo: «Tenía dos opciones: seguir peleando hasta el final, hipotecando mi tranquilidad y la de mis hijos, dejar de hacer canciones, álbumes y giras, sin poder disfrutar de mi carrera y las cosas que me gustan, o pactar, cerrar y dejar atrás este capítulo de mi vida mirando hacia adelante. He llegado a la conclusión de que no es triunfo ganar si el precio es que te roben tantos años de tu vida».

Un juicio mediático

Este caso de proporciones históricas atrajo a casi doscientos periodistas acreditados de todo el mundo y contó con 117 testigos para examinar la vida de Shakira durante los años en los que se le acusó de fraude fiscal. De haberse llevado a cabo el juicio, se preveían varias semanas en las que la intimidad de la cantante se vería expuesta a nivel mundial.

En los días previos, las negociaciones entre las acusaciones y el equipo legal de Shakira fueron intensas, buscando minimizar la pena a pesar del desembolso económico significativo que esto implicaría. La decisión de Shakira de evitar ocho años de prisión refleja su enfoque en el futuro, priorizando su bienestar y el de sus hijos sobre la confrontación legal.