Tamara Falcó dejó con hambre a los invitados de su boda: «La cena fue ligera»
Tamara Falcó regresó a su rutina en El Hormiguero después de su luna de miel y sus viajes por todo el mundo junto a su nuevo esposo, Íñigo Onieva. Tras disfrutar de un merecido descanso de dos meses, la hija de Isabel Preysler compartió detalles de su reciente boda en el programa de Pablo Motos. Durante la animada conversación con sus compañeros de tertulia, Juan del Val y Nuria Roca, surgieron insinuaciones de que los invitados podrían haberse quedado con hambre en el evento, algo que Tamara no negó.
En primer lugar, la marquesa de Griñón habló sobre el vestido que lució en la ceremonia del «sí, quiero», el cual generó intensas críticas en las redes sociales debido a su estilo tradicional y elaborado: «El vestido era complicado, pero a Íñigo le encantó. Para el baile me lo tuve que cambiar».
Para sus compañeros de tertulia, la ceremonia pareció extenderse más allá de lo necesario, pero para Tamara, fue como un parpadeo: «La ceremonia a mí se me pasó volando. La música fue muy bonita en directo».
La ceremonia, que tuvo lugar el pasado 8 de julio en El Rincón, se prolongó debido a los emotivos discursos de ambas familias. Tamara reveló: «Mi familia somos muy de dar discursos, pero por el lado de Onieva compitieron». Además, señaló que hubo un discurso en inglés debido a la presencia de muchos invitados extranjeros, aunque su hermano continuó en español, cumpliendo su solicitud.
El cura sale en llamas
Uno de los momentos más inusuales, que posteriormente se hizo público, fue cuando la vestimenta del cura se prendió fuego debido a unas velas: «Eso ocurrió al final y fue mi cuñada quien lo apagó. Afortunadamente, el cura no sufrió daños en las manos».
Sin embargo, uno de los aspectos que más sorprendió a algunos de los invitados fue la cantidad de comida disponible durante la cena. A pesar de contar con una variedad de 20 aperitivos distintos, la cena fue descrita como «ligera», tal como lo comentaron Juan del Val y Nuria Roca.
Sorprendentemente, a pesar de la reputación culinaria del chef vasco con cinco estrellas Michelin, Eneko Atxa, que se encargó del banquete, los invitados no quedaron completamente satisfechos. En algunos medios, se comparte que los comentarios y opiniones de algunos invitados subrayaron la naturaleza de la comida, calificándola de «cruda», incluso cuando se trataba de platos cocinados, y la describieron como «poco cocida, una verdadera decepción».
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