Uñas acrílicas: ¿Un error que te puede costar la salud?

En los últimos años, las uñas acrílicas se han posicionado como una de las mayores tendencias en el mundo de la manicura. A pesar de que antes parecía casi imposible adaptarse a ellas, ahora cada vez más gente convive con las uñas acrílicas en su día a día, y tanto es así que podemos empezar a verlas incluso en edades cada vez más jóvenes. 

A partir de aquí, nos puede asaltar un gran abanico de dudas: ¿Qué duración suelen tener? ¿Cuánto pueden llegar a costar? ¿Hasta qué punto es bueno llevarlas? ¿Qué alternativas hay? 

En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber. ¡Sigue leyendo!

Todo lo que necesitas saber de las uñas acrílicas

Podemos decir que el auge de esta tendencia empezó en 2019 con cantantes como Rosalía y sus famosas uñas largas, Karol G, Bad Gyal y otros iconos en el mundo de la belleza como Rihanna o Kim Kardashian. Incluso a día de hoy, se ha expandido de tal manera que es difícil no conocer a alguna tiktoker o influencer que no las lleve. 

Precio de las uñas acrílicas

El precio de las uñas acrílicas suele situarse en torno a los 35 y los 45 euros. Sin embargo, también varía en función del centro al que acudas a hacertelas, en la complejidad del diseño que elijas, y en que la calidad de los productos con los que te cuiden las uñas sea más alta o más baja. 

¿Cómo se realizan las uñas acrílicas?

Primero se debe desinfectar la zona sobre la que se va a trabajar, empujar la cutícula y limar la uña para eliminar el brillo y permitir la adherencia del producto. 

A continuación, se escoge un tip adecuado al tamaño de la uña y se pega. 

Después, se debe utilizar un Primer que ayude a preparar la uña y que es muy importante que sea bueno para que evite la entrada de productos químicos agresivos en la uña y por consiguiente en nuestra piel.

Por último, se humedece el pincel en líquido acrílico y con un poco de polvo acrílico se construye la uña encima del tip. Se debe poner la mano bajo una luz UV que las seque. 

Si se realizan de forma correcta pueden llegar a tener una duración de hasta un mes, aunque puede depender de cómo de rápido sea el crecimiento natural de tu uña. Incluso se nos ofrece la posibilidad de ir rellenando el espacio entre la uña que crece y la uña acrílica. 

Riesgos de utilizar este tipo de manicura

Esto puede suponer algunos riesgos que debemos tener en cuenta: 

1. Los esmaltes requieren la exposición a la luz UV para secarse y diversos estudios han demostrado que los rayos pueden provocar mutaciones que aumentan el riesgo de exposición al cáncer.
2. Las uñas acrílicas se realizan con polvos cuyos compuestos químicos reaccionan a la luz UV endureciéndolos en una sustancia similar al plástico (causa de la duración del producto)
3. Los productos utilizados impiden que la uña respire y la nueva empieza a crecer más débil.
4. La uña es porosa y al limarla dejamos que los compuestos de los productos entren en ella.
5. Se pueden producir reacciones alérgicas que debiliten la uña. Una de las más frecuentes es la dermatitis de contacto, con la que la piel puede sufrir problemas como el enrojecimiento o picor.
6. Si no se realizan cuidadosamente pueden desarrollarse infecciones.

¿Qué alternativas más saludables puedes usar?

Una opción que sigue siendo duradera a la vez que más económica, son las uñas semipermanentes.

Estas no resultan tan agresivas porque simplemente colocan el esmalte sobre tu uña y lo dejan secar bajo la luz ultravioleta una vez, evitando la exposición de forma repetida. Además, se evita la utilización del acrílico que es lo que resulta verdaderamente agresivo para la uña. 

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Por lo tanto, a la hora de realizarnos una manicura debemos tener en cuenta factores como el lugar en el que nos las haremos, y los productos que utilizarán.

Además, debemos conocer los riesgos a los que nos vamos a exponer y durante cuánto tiempo, ya que no es lo mismo llevar las uñas acrílicas una temporada que durante años. Más tarde, puede resultar difícil recuperar nuestra uña natural. Muchas veces es mejor pagar más y asegurarnos de cuidar nuestra salud.