Inviptus

Úrsula Corberó, conocida por su papel icónico como Tokio en «La Casa de Papel», se encuentra en pleno auge de promoción de su nueva miniserie, ‘El Cuerpo en Llamas’. En medio de una serie de entrevistas, una conversación reveladora tuvo lugar en el popular podcast ‘La Script’ de María Guerra. Durante esta entrevista, la actriz no solo habló de su carrera profesional sino también compartió por primera vez públicamente la enfermedad que ha padecido desde su infancia.

La conversación se centró en explorar si la popularidad de Úrsula Corberó se extendía más allá de su participación en «Física o Química«. En este contexto, la periodista se interesó por su experiencia durante la época escolar y si ya era popular entre sus compañeros. La respuesta de Corberó fue contundente: “No mucho. Yo era muy pequeña. Tengo un retraso óseo de cinco años. Esto no lo he dicho nunca, porque suena un poco mal, pero lo digo ahora, no pasa nada”. Con valentía, Corberó compartió su experiencia y trató de restar importancia al asunto, incluso considerándolo algo positivo. “Ahora tengo los huesos de una de 30, en vez de los de una de 34 (…) Me bajó mi primera menstruación con 17 años. Eso hizo que ya con 15, mis amigas llevasen una talla XS de Bershka, mientras yo seguía todavía con la talla 14 de Zara Kids”, confesó.

Sin duda, el trastorno del retraso óseo marcó la juventud de Úrsula Corberó. “Me hacían bullying, porque yo era tan pequeña que no podía con todos los libros en la mochila, y tenía que llevar carrito”, compartió entre risas, aunque reconoció que en ese momento no fue fácil para ella.

¿En qué consiste el retraso óseo?

Pero, ¿qué implica realmente el retraso óseo? La enfermedad a la que Úrsula Corberó se refiere se basa en la maduración del esqueleto en un momento dado, según lo confirmado por expertos. En algunas ocasiones, esta evolución no coincide con la edad real de un niño, lo que sugiere un problema de crecimiento que puede requerir atención médica.

En la infancia, todos los huesos de una persona tienen un cartílago de crecimiento, lo que permite que los más jóvenes aumenten su tamaño con el tiempo. Con el paso de los años, este tejido se calcifica y, una vez completado este proceso, el crecimiento se detiene. Por lo tanto, algunas personas pueden tener una edad ósea adelantada, retrasada o coincidente con su edad real, siendo esta última la más común.

Para diagnosticar esta afección, es necesario consultar a un profesional de la salud y realizar una radiografía de la mano. La mano contiene numerosos huesos, cada uno con su propio cartílago de crecimiento. Además, existe un modelo de imagen radiológica para cada año de edad real, lo que permite compararla con la del paciente para determinar su estado y tomar medidas si es necesario.

En definitiva, Úrsula Corberó ha compartido valientemente su experiencia con el retraso óseo, ofreciendo una visión íntima de su vida y destacando la importancia de abordar estas cuestiones de salud de manera abierta y comprensiva.