Es verano y aún no has podido ni bajar a la piscina a coger unos rayos de sol cuando se avecinan los primeros eventos sociales. Se encienden las alertas porque tu rostro sería la envidia en Japón pero tu objetivo es estar morena o, al menos, parecerlo. ¿La mejor opción? Los polvos de sol. Aunque se aplican de manera similar al colorete, debes tener en cuenta que no sirven para lo mismo ya que el colorete solo busca paliar la palidez del rostro mientras que los polvos son bronceadores. Es una buena solución siempre y cuando sepas utilizarlos así que, si no lo has hecho nunca, presta atención a estos trucos:
Hay distintos tonos en el mercado y si no quieres parecer disfrazada, elige bien el que va con tu color de piel. Si eres blanquita, el rosada es tu tono ideal, mientras que los bronces son mejores para las morenas.
Si te manejas bien con el maquillaje, puedes evitar usar una base porque en verano la piel es bueno que respire cuanto más mejor. También puedes no aplicar nada si no tienes demasiadas impurezas. Lo recomendable es que utilices un formato polvo para crear una capa homogénea de piel.
Si te pasas con la cantidad, el color se desnaturalizará y parecerás más una zanahoria que una persona. Por eso, es conveniente usar poca cantidad y si hace falta corregir con un poco más después de ir comprobando en el espejo cómo está quedando. Escoge como mucho uno que sea dos tonos más que tu piel.
Es un truco para no pasarse con la cantidad. De esta manera te garantizas no poner maquillaje de más en la brocha y por lo tanto no tendrás que tirar dinero a la basura ya que evitarás usar polvos en exceso.
Elige una brocha suave y ve con calma aplicando el maquillaje por toda la cara empezando por la zona superior sin dejarte ninguna parte porque de lo contrario se notará. Recuerda que en mejillas, nariz y frente es donde suele acumularse peor así que puedes reforzar esas zonas.
Si tu look deja al descubierto el cuello y el pecho, puedes extender el maquillaje a esas zonas para que no se note tanto la diferencia de éstos con la cara. Estéticamente quedará mucho mejor.
Son la parte más importante de la cara junto a los labios y debes ayudar a que los polvos consigan su objetivo. Lo mejor es escoger sombras acordes con el color elegido de los polvos. Normalmente los tonos tierra son un acierto.
Juega al contraste pero lo mejor es que elijas tonos anaranjados o pastel para que todo el conjunto sea armonioso y natural.
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